Música ♡

domingo, 13 de junio de 2010

Los deseos no se hacen realidad si se cuentan


Cuando cumplió 21 años, se encontró llena de festejos no acordes al sentimiento que guardaba en su interior. Amigos, familia, conocidos y desconocidos, saludaban a su otro y falso yo. No quedaba más que poner los labios arqueados hacia arriba y fingir emitir algún sonido similar a una risa, carcajada o lo que fuera.
Llegó el momento más esperado de la espontánea ceremonia; la torta. Velas, fuego. Todo perfecto para invocar el deseo más oculto de su corazón. Cantaron la amena y clásica canción de los cumpleaños. Rodó una pequeña lágrima, imperceptible para el momento. Solicitaron los tres deseos previos a soplar. Y ahí estaba ella, con el mundo a sus pies, y tres deseos que pedir. Pero ella tenía sólo uno. Del cual podían desprenderse dos más y dejar contento a su público. Se concentró y pensó en estos tres deseos, todos tan distintos y similares a la
vez. Todos tan hermosos y horrorosos a la vez... Dejó que el viento que expelía por su boca en forma de "u" apagará las velas. De la nada, sin nadie preguntar, comenzó a dar las gracias a todos, a los que incluso no habían venido. a aquellos que ni siquiera conocía. Contó también sus tres deseos: Vida, amor y felicidad.
Dicen que si dejas que otros escuchen tus deseos, éstos no serán cumplidos... Y ella sonrió, sin dificultades, sonrió.

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suspiró