Música ♡

viernes, 11 de diciembre de 2009

A las dos mil doscientos veinte

El plan perfecto nuevamente se va a la ruina. Pero conviene no mezclarlo con salivas ajenas y dejar que el mundo se enteré de aquél lustroso y pulcro plan. Servirá para futuras generaciones.
22:20 pm se inicia... El humo recorre arista a arista de la habitación. Planos, mapas, cartas de despedida, una mesa extaciada de capsulas coloridas y fulminantes en un futuro prometedor lleno de paz y drogadicción.
Música de fondo, un ídolo woodstock del 69. Y una guitarra que gira y da volteretas haciendo vibrar la mano en la piel superficial de un estómago a punto de estallar. Me gusta tanto como se ve, el humo, la luz, las espirales sicodélicas de oro y pasión. Me gusta tanto, que me quedaría aquí si no fuera por el dolor y el clamor de unos tímpanos enfurecidos que se quieren desgarrar, para sacar un grito del subconciente al exterior, de necesidad, de ayuda, de más dolor. Al contrario, me gusta tanto como se pega mi lengua a mi garganta y me impide respirar. Es extaciante una vez más comenzar a hiperventilar. Y sentir que los latido te cambian el compás, es la magia de Hendrix? O es la magia del placer culpable de la mierda poder decansar. 

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suspiró