Ahora recién vengo a entender la filosofía grecorromana y postmodernista emo fashion gogogo, de un amigo íntimo personal que tenía en la calle, allá en Ñuñoa. Era el barrendero que la Karen veía por su ventana durante las mañanas. Y él mismo que yo veía cuando me iba tempranísimo a la U.
Una vez, me pilló llorando y como los viejitos son bien sabios, me buscó conversación. Me escuchó todas las cosas que le contaba, según él, era como que yo abría la boca y salían hasta seres mitológicos en mi conversación. De eso no me acuerdo. Pero lo que más me llamó la atención y ganó el feroz y gigantesco signo de interrogación, fue cuando me dijo que si le seguía mirando los zapatos a la gente no iba a ganar nada. Que el modo de caminar de cada persona es cosa de cada uno, y que si querían inventaban cómo caminar. Así que desbanco mi teoría el muy maldito. No obstante, me dijo que él clasificaba a la gente según cómo se reían; si tiraban su sonrisa para arriba, o si lo hacían para abajo.
Cuando escucho llorar a mi abuela o a mi mamá, me he dado cuenta que lloran de la misma manera, y eso me estresa un poco. Más encima, no se para que creen en dioses, si después le preguntan: ¿por qué a mí dios, por qué?. Y para más remate, mientras ellas sonrién para abajo, yo tengo que ser la más mentirosa del mundo y sonreír para arriba. Mundo loco, la jodió, y me estresa.
Música ♡
jueves, 7 de enero de 2010
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