Música ♡

sábado, 9 de enero de 2010

Once minutos/ Paulo Coelho

Antes de volver a decirle algo que no encajaba en aquel momento, volvió a darle un beso en la mejilla y se dirigió a la puerta. Él todavía seguía observando el fuego, ella le pidió, delicadamente, que fuese a abrirla.
Ralf se levanto y ella le explico que, aunque le alegrase verlo observando el fuego, los brasileños tienen una extraña superstición: cuando visitan a alguien por primera vez, no pueden abrir la puerta al salir, porque si lo hacen, jamás volverán a esa casa.
-Y yo quiero volver
-Aunque no nos hayamos quitado la ropa y no haya entrado en ti, ni siquiera te haya tocado, hemos hecho el amor.
Ella rió. Él se ofreció a llevarla a casa, pero María lo rechazó
-Iré a verte mañana a tu casa.
-No lo hagas. Espera una semana. He aprendido que esperar es la parte mas difícil, y también quiero acostumbrarme a eso; saber que tú estas conmigo, aunque no estés a mí lado.




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suspiró